Historia de Mesopotamia

La historia de Mesopotamia surgió hacia el IV milenio A.C y hace referencia a la primera civilización que ocupó el territorio de Mesopotamia, que abarca la cuenca fluvial de los ríos Tigris y Éufrates, desde la prehistoria hasta la caída del último imperio mesopotámico —el Imperio caldeo o neobabilónico—. Durante esta etapa, la región mantuvo ciertos caracteres comunes que permiten definirla como una unidad histórica.[1]

Mesopotamia no está delimitada por fronteras naturales definidas, extendiéndose al este hacia Irán, al norte hacia Anatolia y al oeste hacia Siria. La historia de Mesopotamia corresponde también a un período histórico de la antigüedad oriental que se inicia con los primeros poblamientos de Mesopotamia en lugares como Tell Hassuna, Samarra y Tell Halaf. La relación de Mesopotamia con el Antiguo Testamento hizo ese campo de estudio particularmente atractivo para los occidentales a partir del siglo XVIII. La asiriología, disciplina que se encarga de la Historia Antigua de Mesopotamia, fue instituida en el siglo XIX; su desarrollo fue influenciado por un fenómeno que los críticos postmodernos, como Edward Said, llamaron orientalismo, definido como la representación de Oriente en la academia, en la literatura y en el arte occidental por medio de estereotipos determinados por una postura neocolonialista, etnocéntrica y racista.

  1. Margueron, Jean-Claude (2002). «Introducción». Los mesopotámicos. Fuenlabrada: Cátedra. ISBN 84-376-1477-5. 

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